COSA RARA LAS LAGRIMAS...... Y DE COMO EL APLAUSO ES UNA OPINION

No pude cumplir la promesa de regresar el domingo pasado.

Ahora estoy acostumbrándome a unos tapones minúsculos que me pusieron en mis cuatro lagrimales. Yo, como creo que casi todo el mundo, pensaba que las lágrimas salían de esos imperceptibles agujeritos que tenemos en los ojos en el ángulo cercano a la nariz. Error! Por allí se van, vuelven al torrente corpóreo que sostiene esta masa de músculos, sangre y pensamientos que somos como humanos. Y parece que los míos, los lagrimales, se comportaban como sedientos beduinos que se bebían apresuradamente, demasiado apresuradamente según los facultativos, esa humedad imprescindible que hace que los ojos brillen, y miren, y envíen imágenes límpidas al piso de arriba, al cerebro, que las interpreta y las traduce y las convierte en ideas. Y como la sequedad produce heridas en la capa superficial del ojo, el menor roce, el viento, un pelo rebelde, produce una molestia inenarrable. Y ni hablar de fijar la vista en la lectura, la escritura o la computadora.

Ahora estoy con los ojos, casi, casi, demasiado húmedos. Tiempo, me dijeron. Y eso hago, estoy acostumbrada a el, al tiempo, y el a mi. Nos llevamos bastante bien. Yo se perfectamente que no le gusta que las cosas se hagan sin tenerlo en cuenta y hemos hecho un pacto de caballeros, si, de caballeros, de los de antes: yo me olvido de el y el se olvida de mi. Prueben y después me cuentan. No lo consideren una variable permanente y mucho menos un vector amenazante. Solo puede traer enseñanza y elementos aprovechables para una vida mejor: mas libertad, menos incidencia de los otros en nuestra propia existencia, perdida del sentido del ridículo, establecer prioridades reales y dedicarnos a ellas dejando el resto para la gente "ocupada", (no me gusta usar comillas y mucho menos el gesto que se hace con los dedos para representarlas al hablar, pero en este caso no se me ocurre otra manera de señalar que cuando hablo de gente "ocupada" me refiero a los que viven sumergidos en una hiperactividad improductiva y que jamás usan el tiempo para la reflexión o el disfrute). Todo esto para decirles que amo al tiempo y sus consecuencias.

Y sé perfectamente que suena raro. Hace pocos días en una entrevista radial, Ernesto Tenembaum, por el que siento afecto y respeto, me dijo no te creo cuando decís eso. Vamos, seriamente, por partes: o nos volvemos mayores o estamos muertos. Así de brutal y salvaje es la norma a la que no podemos escapar. Entonces considerémoslo una chance en vez de una limitación. Una posibilidad y no una trampa del destino. Una de las mayores enseñanzas que me dejo mi paso por los grupos de familiares de alcohólicos de Alcohólicos Anónimos, fue la de que lo que no puede ser cambiado debe ser aceptado sin mas. Y les aseguro que hacen falta fuerza y coraje, pero nadie nos prometió un jardín de rosas. El camino de la evolución personal es muy complejo, pero es enorme el placer del logro.

DE LOS APLAUSOS COMO OPINION.

Desde que debute en Brujas, ya hace casi un año, disfruto cada noche de la escena que me toca hacer con Thelma Biral. En ella mi personaje, Dolores, confesa bisexual, declara su amor desgarrado e histórico por Elena, Thelma, la inevitabilidad de ese sentimiento a lo largo de toda su vida, de como ha teñido su existencia y la ha convertido en un calvario de sufrimiento y la ha hecho comportarse con maneras que ella misma considera como poco éticas. Elena la rechaza con ironía y furia. Dos veces en el transcurrir de este año de funciones, el publico aplaudió calurosamente el rechazo. No he podido menos que preguntarme cual es el significado. Homofobia? Alivio porque ella sigue perteneciendo al mundo "de los nuestros"?. Otra vez las comillas, perdón. Tienen miedo a una elección sexual diferente la mayoría de las personas?. Piensan que es contagiosa?. Que destruye la familia?
Cuéntenmelo ustedes. Y por favor, no espero respuestas de esas que nos ponen inmediatamente en la vereda de enfrente de lo que rechazamos.
Si cuento esto es porque pretendo que reflexionemos seriamente en lo difícil que resulta la vida en democracia. En el ponernos en el lugar del otro, en el respeto y el disenso. Para que cada uno de nosotros indague en su interior y ponga delante de sus narices, y sin contemplaciones, todas nuestras intolerancias. Para que podamos decir como Voltaire: "Estoy en completo desacuerdo con lo que usted acaba de decir, pero defenderé hasta con mi vida su derecho a decirlo".

Los abrazo

Leonor