EL MUNDO DERRUMBADO

Hace ya un tiempo, tal vez demasiado para una mente que presume de estar informada como la mía, que leo los periódicos por arriba. Quiero decir exactamente que paso las hojas y, así como cuando era chica me detenía en las ilustraciones, ahora me detengo un momento en los títulos y, con la incomoda sensación de haber leído ya esa noticia que el diario me esta vendiendo como nueva, paso rápidamente a la próxima pagina y así sucesivamente y me detengo solo en algunos columnistas cuya manera de expresar su pensamiento me atrae. No necesito estar de acuerdo, me atraen la ecuanimidad, la utilización correcta del lenguaje, las nuevas ideas. Los que han escrito algo sin intentar convencerme de como debo pensar o donde están los buenos y donde los malos.

Si leo los diarios del mundo, todos sin excepción, me dicen que el mundo se esta derrumbando. Y es verdad. La pregunta que me hago es si no fue siempre así.
Eric Hobsbawm en La historia del siglo XX dice que el siglo pasado fue el mas cruento de la historia de la humanidad si consideramos la aniquilación de civiles borrados de este mundo por su forma de pensar, religión o etnia. Hoy sabemos que África esta asolada por el sida, las guerras tribales, costumbres salvajes como la mutilación genital de las mujeres, o la utilización de la violación como arma de guerra, todas ellas muy difíciles de erradicar porque parte del mundo civilizado las considera hábitos religiosos y practicas ancestrales en los que no hay que inmiscuirse.

Sin mencionar Irak, Israel y Palestina, el brutal aumento de la pobreza y del numero de refugiados.

Y?

Era mejor antes?

No. Simplemente no lo sabíamos. Ahora lo sabemos y estamos bombardeados por una cantidad demencial de información que la mayoría de nosotros no esta capacitado para procesar. En una palabra, estamos solos ante nuestra conciencia y ante nuestra decisión, o no, de mejorar el mundo en el que nos ha tocado vivir.
Lo digo en el libro, tal vez no sea inútil repetirlo ahora: una parte de las mas difíciles de transitar de toda mi vida fue la convivencia con un alcohólico y sin embargo, mi asistencia a los grupos que organiza Alcohólicos Anónimos, me proveyó de una de las herramientas mas potentes que poseo para encarar las dificultades cotidianas. Es lo que ellos llaman la Oración de la Serenidad.

"Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia".

Cada uno de nosotros sabe cual es el nudo de su vida que lo aleja de la felicidad y del encuentro con su verdadera persona. Que no es fácil desatarlo? Chocolate por la noticia!

Lo único que deseo para mi y para los que tengo cerca, y los incluyo a todos ustedes, anónimos visitantes de lo que escribo, es que no nos convirtamos en automáticos papagayos repetidores de lo que la tv y los diarios nos quieren hacer creer que es la realidad. El mundo no es un jardín de rosas y nada mas lejano a mi intención que inocular ese pensamiento en el alma de nadie. Tengo demasiado respeto por las personas como para recomendar el "pensamiento positivo" sin mas. Es mas bien todo lo contrario, porque no adhiero al pensamiento positivo es que trabajo sin descanso conmigo misma porque se que las dificultades se presentan todos los días, a toda hora y para todos los seres, sin excepción. Lo que si les puedo asegurar es que estar despierto es una buena medicina. Si miro mi entorno encontrare alguien a quien tratar mejor, alguien a quien hacerle la vida un poquito mas fácil y eso enriquecerá la mía. Realizar el trabajo cotidiano con dedicación también ayuda, aunque no sea el trabajo que he soñado ni me paguen por el lo que merezco. En el punto en el que estamos, el mundo es mi mundo, es lo que esta a mi alcance. No puedo irme a África o a Palestina o Israel, (o si, y si hay alguien que lo desea le recomiendo hacerlo con premura, no hay recetas para la propia realización), pero puedo alegrar la vida del portero de mi edificio, o la de mi perro, con un amable buenos días, o una caricia.

Ahora voy a prepararme para ir al teatro a hacer la función del domingo después de las dos del sábado. Me gustaría quedarme mirando el atardecer por la ventana. Ven?, eso es lo que le reprocho al teatro, robarme los atardeceres. Pero es lo que hoy tengo entre manos y agradeceré en silencio a los espectadores que concurran y hare la mejor función de mi vida.

Los abrazo
Leonor