sábado, 22 de enero de 2011

EL ENTUSIASMO

Busco la etimología de la palabra entusiasmo y resulta que viene de EnDeus, vocablo latino que significa algo así como "estar en Dios", en una modesta y personal interpretación moderna del concepto original, que espero me sea permitida.

Y hago un recorrido aproximado por todas las cosas y personas y situaciones que en estos días me llevaron a experimentar entusiasmo: el trabajo, la rutina del trabajo, esa repetición de levantarme al alba y transitar la autopista en sentido inverso a la muchedumbre que llega a la ciudad.

El arribo a un lugar en el que muchas personas, más de cincuenta probablemente, preparan sus herramientas de trabajo en un clima de aparente caos en el que, sin embargo, cada uno de ellos está guiado por un propósito claro. Cada uno prepara lo que será su tarea cotidiana con dedicación, sin que el termo y el mate distraigan ni por un momento la concentración.

Y hay chistes y cantarinos buenos días y alegría. Y todo es bastante pesado y con mucha responsabilidad ya que el error de uno puede estropear el esfuerzo de todos.

Piénsenlo por un momento: ese minuto de historia en televisión que los ha deleitado tiene una historia que fue escrita por autores, una escenografía que fue pensada y realizada, una iluminación, unos actores, vestidos, maquillados y peinados por personas que conocen su oficio, que se mueven según las indicaciones de directores que han pasado la noche anterior imaginando la mejor manera de contar ese fragmento de historia en imágenes de la manera mas bella, y a la vez, posible.

Y luego eso llega a ustedes y si provoca un instante de emoción, un destello de placer y de belleza, misión cumplida.

Y pensé que eso mismo que acabo de describir que sucede en mi trabajo, ocurre con todo por igual. El pan que llega a mi mesa comenzó con semillas arrojadas a un surco, que esperaron la lluvia, y luego la cosecha y la molienda, y el amasado y el horno, y el sabor en mi boca: el alimento, el pan.

¿Sería mejor el mundo si todos hiciéramos lo que nos toca con entusiasmo?
No lo se pero sin duda es algo que merece la pena ser intentado.
La condición imprescindible es el goce en la ejecución de la tarea.
La única pregunta a contestar es: ¿me gusta lo que hago? ¿lo que estudio? ¿aquello en lo que quiero convertirme?

La pregunta que más veces he contestado en el ultimo tiempo ha sido: ¿No te cansa hacer teatro y televisión al mismo tiempo? La respuesta es sí. Pero amo lo que hago y vivo entusiasmada, y alquimizo el cansancio y lo convierto en una dulce y gozosa molicie.

La vida conspira a nuestro favor cuando tenemos claro lo que queremos hacer.
Y cuando tenemos claro que estamos confundidos, también.
No hay nada malo en no saber lo que se quiere hacer. O ser.
Lo malo es no intentar los cambios por pereza, falta de confianza o miedo.
Estamos más a salvo de lo que creemos, o de lo que nos quieren hacer creer.

¿Dios preverá? Sí, si trabajo y busco con alegría y fe. No, si me quedo sentado con desesperanza y desaliento, permitiendo que las noticias catastróficas horaden mi alma y mi cerebro.

Disfruto mi trabajo, celebro este contacto periódico con ustedes, gozo de los encuentros con mis amigos y de mis momentos de soledad elegidos.

Y todo eso incluye los malos momentos en el trabajo, los desencuentros con los amigos y los momentos de soledad no elegidos. Pero por encima de todo prevalece la textura de la vida que me ha sido dada y el agradecimiento.

Gracias por los conceptos elogiosos a mi trabajo. Finalmente para eso trabajo.

Los abrazo

Leonor

domingo, 9 de enero de 2011

LA VIDA FACIL

Leyendo los comentarios de ustedes a lo que escribo pensé que a lo único que deberíamos escaparle, o tratar de no caer, es que este espacio se convierta en una especie de "refugio privado, una burbuja fuera del mundo hostil que nos toca vivir" y todas esas paparruchas que nos decimos y que no son en el fondo más que autocomplacencia con la que intentamos suavizar nuestra falta de compromiso con la vida de todos lo días, para con los demás y para con nosotros mismos.

LA VIDA FUE SIEMPRE DIFICIL PARA LOS HUMANOS QUE HAN POBLADO ESTE PLANETA DESDE EL PRINCIPIO DE LOS SIGLOS.

No fue mas fácil para nuestro hermano de la era pre-fuego, que moría a los veinte años de frio y hambre, ni para todos los que vinimos después, pasando por las pestes, las guerras y los desastres naturales, ante los que seguimos impotentes. Tal vez sea un desafío, o una prueba, no tengo una respuesta certera. Pero aquí estamos y sería bueno que no malgastáramos la oportunidad.

Lo que a mí me ha dado resultado es la fiereza interna y la suavidad externa, la disciplina y cero "pobrecita yo". Este espacio no debe ser, por lo menos a mi no me gustaría que lo fuera, un sitio de escape del mundo real, sino más bien un lugar de aprovisionamiento para salir a la vida más fuertes y a la vez más despiertos y sensibles para percibir la vida de los otros. Las armas son el pensamiento, la reflexión y la falta de certezas, para que podamos trazar el mapa de nuestras vidas con líneas cortadas, sabiendo que ella, la vida, se encargará de llenar los blancos de la mejor manera posible para nuestro destino. Me consta que es difícil aceptar esto como una verdad.

De eso se trata. Eso, y no otra cosa, es el camino.

Los abrazo.

Leonor

P/D. Enhorabuena para Gi. El tema es poder elegir lo que nos hace bien. Esa es la tan mentada libertad.

domingo, 2 de enero de 2011

Comienzo de un año cualquiera

Cada uno de nosotros comienza lo que sea, un año, un amor, un trabajo, una amistad, una torta, un viaje, a su manera. No hay maneras mejores o peores de comenzar las cosas. Hay formas que nos han sido impuestas, por la televisión, por las costumbres familiares, por lo que dicen los "famosos" a los que queremos imitar, por la publicidad, (han notado que la publicidad nos indica lo que tenemos que desear?), por los amigos. Y una de esas cosas es hacernos una lista, real o mental, de todo lo que debemos "mejorar" en nuestras vidas y en nuestras maneras de ser cada vez que comienza un año nuevo.

Y mientras brindamos cada uno de nosotros repasa su lista fervorosamente y necesariamente caemos en la cuenta de que al comienzo del año pasado nos prometimos muchas cosas que están en la lista de este año y que no se cumplieron. Que no cumplimos. Porque muchas de esas cosas eran cambios que dependían de nosotros y no llegamos, por la razón que sea, a lograr nuestros objetivos. Y traer esa conclusión a nuestra conciencia nos llena de desazón, angustia y culpa.

No nos sentimos suficientemente buenos, no tuvimos voluntad, se nos fue el tiempo.

Y yo me pregunto: qué pasa si no lo hemos logrado? Qué pasa si no logramos ganar más dinero? Encontrar un nuevo amor? Cambiar de trabajo? Cantarle cuatro frescas a esa amiga/o que nos tiene hartos? O a nuestra madre, padre, hermana/o?
Sean cuales fueren las razones por las cuales no pudimos tachar de nuestra lista esos asuntos pendientes, que no nos hagan olvidar los logros existentes.
Nuestra vida es nuestro éxito. Nuestro camino imperfecto, nuestras angustias y nuestros fracasos son nuestro éxito. Nuestros dolores por las perdidas.

Desde este mismo lugar hemos llorado juntos la partida de Romina Yan y hemos lamentado cosas que ocurrieron que hubiésemos preferido que no ocurrieran en nuestro país y en el mundo. Cada uno de nosotros, lo siento, lo percibo cuando los leo, busca el mejoramiento de su persona, y me incluyo. Ese es nuestro éxito. Somos personas exitosas por eso, por la búsqueda. Y es probable que al revisar la lista del fin de año pasado, al revisarla a solas y con profunda sinceridad, descubramos que muchas de esas promesas de cambio que nos hicimos hayan dejado de interesarnos y ha sido una suerte que no se realizaran. Eso que nos pareció tan terrible ha perdido importancia y pasaron otras cosas maravillosas que no esperábamos que ocurrieran.
Y es verdad que hay dolores que no sanan nunca y con los que hay que vivir. Soy de la opinión de que hay que vivir con las heridas, acostumbrarse a ellas y convertirlas en cicatrices del alma. Es lo que nos hace humanos en vez de seres esterilizados y pasteurizados.

Rompamos las listas de propósitos y vivamos el día a día sin buscar atajos. Atravesemos las tormentas, saldremos fortalecidos.
Cuidemos nuestro cuerpo.

Amémonos y amemos a los otros. Con comprensión y compasión.
No nos quedemos donde no queremos quedarnos.
Y dejemos un espacio en blanco para que la vida lo llene con lo inesperado y sorpresivo. No nos arrepentiremos. Lo prometo.

Los abrazo.

Leonor.

P/D. Para el comienzo de un año cualquiera les regalo la ultima estrofa de un poema de Borges que trata sobre la vida y el destino:

"...No te arredres. La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro,
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas esta Dios, que acecha".

Jorge Luis Borges