domingo, 17 de abril de 2011

RESURRECCION

Llamo a una amiga judía que tengo para vernos hoy y me responde que le encantaría pero que hoy es Pesaj y lo celebrará con su familia. Otro amigo, Sufí desde hace cuarenta anos, me comenta que el jueves irá con su grupo a una meditación con motivo de la Pascua. La celebración cristiana es por todos conocida. Entro a una panadería y tienen una gran fuente con trozos de una exquisita rosca de pascua con almendras de la que puede servirse cualquier persona que entre a comprar su pan de cada día.

Y necesariamente pienso en las celebraciones humanas y concluyo que exceden ampliamente la creencia en ellas. El más recalcitrante negador de las fiestas sagradas terminará mordiendo un huevo de chocolate y escuchando campanadas cuya reberberancia se le meterá por los intersticios del corazón y del cerebro. Y el más dócil a los designios terminará aceptando que hace miles de años que repetimos ritos ancestrales con la única intención de conectarnos con aquello que no entendemos y que sin embargo sabemos que interviene en nuestras vidas y las modifica.

La intención es lo que vale.

Contrariamente a ese dicho estúpido que afirma que "de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno", yo afirmo rotundamente que si la intención es verdaderamente buena lo que resulta de ella no puede ser malo. Ni para el emisor ni para el receptor. Y la única herramienta que tenemos a mano para no repetir incansablemente y a través de los siglos acciones automáticas con resultados previsibles y por todos conocidos, es la intención. La intención limpia de expectativas, ya sea de premio o de castigo.

Intenten por un momento percibirse como los únicos testigos de vuestra propia vida.

Nadie mas que ustedes sabe o conoce los resultados de las acciones que producen.
Ayuden a alguien en la calle y no se lo cuenten a nadie.
Defiendan a un amigo y no se lo comenten.
Discutan con un taxista y no conviertan lo ocurrido en una anécdota.

Prueben, simplemente.

Algo tan sencillo como eso produce cambios asombrosos. La única condición es estar limpios de expectativas.

Y cuando sientan que algo de la maquinaria interna se mueve, puede producir placer o displacer, nada de esto es para "pasarla bien", sino para investigarnos a nosotros mismos, cuando sientan que algo se mueve, repito, como un engranaje sobre el que se ha goteado aceite, estarán rompiendo el automatismo con el que estamos estigmatizados, están siendo "menos iguales" al resto. Están tomando el mando, están en el camino de ser dueños de sus propias vidas.

A eso es a lo que llamo resurrección.

Este tiempo es propicio. Si tienen ganas inténtenlo.

Los abrazo.

Leonor.

P/D. Nada de lo que acabo de decir es retorica teoría. No quiero enseñarle nada a nadie. Soy una caminadora de cornisas. Hablo de lo vivido y les aseguro que he muerto muchas veces y otras tantas he renacido. Y seguramente seguirá ocurriendo.

Que así sea.

viernes, 8 de abril de 2011

COSAS QUE VALEN LA PENA

He sido invitada a participar en un homenaje a María Elena Walsh que se hará en la Feria del Libro el 30 de Abril. Y me he puesto feliz. Me hace feliz ese tipo de reconocimiento. Ese "vení, leé, a ella le gustaría escucharte".

Por otra parte hoy salió en ADN, la revista cultural de La Nación, un extenso articulo sobre Sara Facio que me parece que vale la pena leer.

Cada vez más creo en la lectura, en saber como piensan los que piensan. Y hay una sola manera de diferenciar la chatarra informativa de las ideas humanas que ayudan a encontrar el camino: leyendo. Leyendo hasta que ardan los ojos y pensando sin prejuicios. Es muy difícil romper el mandato social que indica lo que debemos pensar, como debemos vivir y como debemos lucir. Solo se logra con información e introspección.

Tenía ganas de decirles esto.

Loa abrazo

Leonor

P/D. 1) Leer sobre Mandela me parece sublime.
2) El ser amado no puede ser un obstáculo para nuestra felicidad. Ni para nuestra libertad personal.

domingo, 3 de abril de 2011

LA NUEVA ERA

Primer domingo en casa después de bastante tiempo. Disfrute, lentitud, espera del atardecer con cierta molicie. Anoto en mi cuaderno que tengo que aprender a estar sin hacer nada. Tal vez deba escribirlo cien veces como cuando estaba en el colegio.

"Debo aprender a estar sin hacer nada".

Esta semana me hicieron una entrevista para la revista Para Tí. Me gustó mucho la curiosidad de la periodista, una Agustina muy joven que leyó cuidadosamente el libro y arriesgó preguntas interesantes. La comprobación de que el libro despertó más interés en la gente joven que en la de mi edad me sigue sorprendiendo agradablemente, y, a la vez, compruebo lo inútil de los planes rígidos y sólidamente establecidos.

Tengo que "hacer", lo que sea que haga, y liberar el destino. Que lo hecho llegue a ese lugar insospechado y desconocido que, seguramente, es mejor y más fructífero que el futuro que yo había imaginado para él. Es difícil, claro, porque creemos que sabemos lo que nos conviene y lo que nos proveerá eso que llamamos la felicidad. Y sin embargo no lo sabemos. Entonces es un andar sin descanso y sin certeza, y con pretensión de excelencia en la tarea. Y sin miedo, con confianza en el propio destino. ¿Que es difícil? ¡Claro! Es el aprendizaje más difícil al que estamos abocados, pero el único posible y el más productivo.

Hay un dicho de los maestros orientales que dice: "Cuando digo que no lo puedo soportar, es que lo estoy soportando".

Esa nueva era sin el teatro que se abre ahora en mi vida tiene una parcela de incógnita que respeto y espero. Lo que tengo que hacer lo hago con una disciplina rigurosa, tal vez excesiva por momentos, pero no me sirve el estar a medias en nada, o el "total da igual", o el "todos lo hacen". En este apartado no recomiendo ni aconsejo, cada uno debe encontrar su propia manera y no es tan terrible equivocarse.

Creo que la vida es compromiso y disfrute. No creo en los dioses castigadores de ninguna religión. Estoy convencida de que si hay Dios, quiere para sus criaturas el goce y la felicidad. Busquémoslos. El límite de nuestro accionar es el daño a otro, fuera de ese límite esta la vida esperándonos para ser degustada con enormes cantidades de amor para quien tenga la valentía de tomarlo como lema.

Y dije valentía con plena conciencia. Amar, amar de verdad, es difícil. No está en los libros y no nos lo han enseñado. Aunque nuestros maestros y nuestros padres, con su mejor intención, estén convencidos de que lo han hecho. Agradezcámosles el intento pero sepamos que se encuentra en otra parte. Está en un rincón inexplorado del corazón humano al que tenemos acceso con una clave secreta que solo cada uno de nosotros conoce.

Y no tiene que ver con la posesión, ni con los celos, ni con el "para toda la vida".

Tiene que ver con el profundo deseo del bien para esa otra persona y con la determinación de hacer lo que haga falta para que cumpla su destino. Y esta determinación me incluye. El "Ama a tu prójimo como a ti mismo" no me deja fuera del amor.

En cuanto a la posibilidad de encontrarnos no creo realmente que sea una buena idea. No por el momento al menos. Este encuentro nuestro, maravilloso y nutriente, al menos para mí, este ejercicio de poner en contacto mediante palabras escritas, que no es lo mismo que hablar, el susurro de nuestras almas y nuestros más profundos anhelos, no tiene que ver con lo social. Tiene que ver con generar un espacio inexistente, que cobra vida cada vez que cada uno de nosotros vuelca en él una idea, un dolor, una frustración, o una esperanza.

Dije con anterioridad que tengo un proyecto enloquecido, como todos los míos, que es fundar una Escuela de Arte y Vida. Entonces sí, y con un propósito definido, que no difiere mucho de esto que hacemos, nos encontraremos y nos ayudaremos mutuamente a que nuestras vidas sean plenas y se conviertan en faros que iluminen el camino de los que vienen detrás de nosotros.

Prometo que iré contando los progresos y prometo que serán los primeros en saberlo.
En este momento estoy en el punto de encontrar la gente que me acompañará, buscar financiación, y establecer una manera de funcionamiento que no deje afuera a los que viven lejos de Buenos Aires.

Prometo.

Los abrazo.

Leonor.