domingo, 25 de marzo de 2012

EL CUENTO O LA VIDA

Hay una sola forma de huir hacia delante de manera legítima y es a ciegas.

A mayor exactitud y rigor en el mapa trazado para mi vida, mayores posibilidades existen de no poder cumplirlo. Y mucho más si me juego el éxito o el fracaso en esa travesía.

Y cuando digo mi vida incluyo el trabajo, los vínculos, el dinero, la salud de mi cuerpo, mis amores y desamores, mi familia, mis amigos.

¡No confundir! Si voy a iniciar un viaje de supervivencia, y toda vida lo es, tengo que prepararme con inteligencia y disciplina, y llevar conmigo lo que sea indispensable para conservarme sana y salva. Pero no tengo que tener la mochila cargada de basura inútil solo por las dudas. Y por lo que vengo viendo la basura inútil mas frecuente es el deseo desmesurado de éxito y de ganar, lo que sea pero ganar. Fama, dinero, rating, el novio/a de otro/a, el puesto de trabajo de un compañero, ser “el mejor” en algo, cualquier cosa pero ganar.

Fue afortunado haber tocado el tema Regina.

Resulta que los mismos que torcieron el guión de “Herederos...” avanzaron sobre la truculencia de manera salvaje con la certeza de que estaban generando un éxito diciéndose a si mismos “es lo que la gente quiere”, y esa es la frase mas inmoral que puede decirse cuando se tiene la posibilidad de elegir los contenidos de lo que se convertirá en el alimento espiritual del público. Un público que muchas más veces de las que creemos, no sabe o no puede elegir. Y elegir es un acto, tal vez el único, en el que un ser humano pone de manifiesto su grado de libertad, de evolución, y su verdadera humanidad.

Y resulta que ahora “Lobo” pierde estrepitosamente frente a una historia de amor de barrio contada cientos de veces. No he visto ninguno de los dos programas pero me entero de las cifras. No ver televisión, esa televisión, es parte de mi personal vaciamiento de mochila.

No estoy cuestionando la temática, cualquiera es válida. Estoy cuestionando la intención. El querer ganar a toda costa enceguece y se desdibujan los objetivos.

¿Qué quieren los directivos de los canales de televisión? ¿Entretener? No tiene nada de malo. ¿Instruir? Menos. ¿Proporcionar alegría en tiempos convulsos?

¡Bienvenida!

¡Pero lo que quieren es ganar! ¡A cualquier costo! Ahora resulta que el 13 espera a Tinelli para achicar la brecha con el canal de las pelotas. ¿Quieren una prueba mayor de que no les importa el contenido? Y si ganan con Tinelli... ¿será menor el fracaso de su pretendidamente terrorífico cuentito? ¿Aprenderá de sus errores alguno de ellos?

¿Alguno se dará cuenta de que “no saben lo que el público quiere”?
¿Alguno advertirá que el mundo es cíclico y que la gente está intoxicada de truculencia y sangre? ¿O piensan que consumir los telediarios no tiene consecuencias?

¿Qué traerá Tinelli este año? Si es inteligente, como yo pienso que lo es, debería volver al formato de concurso de baile, que es muy bello de ver, con un jurado irreprochable en conocimiento del tema, manejo del lenguaje y sin venalidades manifiestas. Era alentador comprobar los esfuerzos de los participantes para ser cada vez mejores.

¡Ojala! Significará que alguien ha escuchado. Y si no le va bien que no sienta que ha fracasado. No fracasa nadie que siga los dictados de su corazón.

Los abrazo.

Leonor.

P/D. 1) No vale la pena discutir por personajes que en el momento de terminar ya pertenecían al pasado. La vida es más importante que el cuento. Si pueden elegir, elíjanla.
Siempre.
2) Si tienen la posibilidad vean la película “Los juegos del hambre”. Su tema central no esta demasiado alejado del que hemos tocado hoy.

9 comentarios:

  1. Querida Leonor, gracias por tu post de hoy. Yo también pienso que no fracasa nadie que sigue los dictados de su corazón. Y respecto de la televisión, me parece tan agudo lo que decís, qué pena que los directivos de la tele sólo piensen en GANAR. En las vacaciones con mi marido casi no encendimos la televisión. Es increíble lo bien que nos hizo. No es que la encendamos mucho en la semana pero tal vez miramos un noticiero, un programa político y vimos en su momento "El Elegido". Y la diferencia que hace en nuestro espíritu el hecho de no encender la televisión es notoria.
    No pretendemos estar desconectados de la realidad sino tan sólo no entrar en ese juego de truculencia, violencia y agresividad que la televisión parece proponer mayormente al televidente (aunque con honrosas excepciones gracias a Dios).
    Mencionaste los contenidos que se volverán el alimento espiritual del público...y lo que parece que pasa es que los directivos no tienen presente esa dimensión espiritual de lo que oferecen...insisto, no quiero generalizar, hay excepciones. Pensemos en el programa de películas que presenta Virginia Lago en un canal y tendremos una honrosa excepción.
    Ojalá se tenga más presente dicha dimensión al programar los contenidos de un canal.
    ¡¡Abrazos para vos y todos los compañeros del blog y buen comienzo de semana para todos!!

    María Marta

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  2. Coincido con vos María Marta y con vos Leonor, en que no se fracasa si se sigue lo que indica el corazón. Es más, creo que si nos guiamos por lo que nos dice el corazón, y nos equivocamos, seguro que algo bueno sacamos de esa equivocación.
    Siguiendo con la comparación de Leonor, si la vida fuera un viaje, si mi vida fuera un viaje, diría que es como esas travesías por montañas y valles, con caminos tranquilos pero tan sinuosos a veces que uno tiene que ir con demasiado cuidado. Incluso a veces el peligro se acentúa, cuando aparecen elementos no previstos, como hielo o nieve en la ruta. Y muchas veces no estuve preparada para eso, pero ahora que lo veo a la distancia, lo que en su momento viví con temor o inquietud, o lo veo como una aventura más en mi vida. Cada día programo mi gps para que me lleve por donde yo quiero, y muchas veces aunque yo creo que la vida me va a llevar por ese camino, en realidad me lleva por otro, no se si el más rápido o el más corto, pero quizás el más seguro. Seguramente proteste porque no es lo que yo quería, pero quizás fue lo mejor para mi.
    Y mi vida es como esos viajes largos al sur, aunque quiera llegar a destino pronto, se que tengo que parar en la ruta para descansar; si es un camino nuevo, revisar el mapa, y pensar en aquellos obstáculos que tuve en viajes anteriores, para no volver a repetirlos, esos, porque quizás tenga muchos más, y más duros también.
    Me encanta sacar fotografías, y me ha pasado durante los viajes, cuando no conduzco que quiero sacar esa foto, a ese paisaje, en ese momento, sin detenernos, y no pude. Y aunque regrese por el mismo camino, ya no podré tomar esa foto, en ese lugar, de la manera en que yo quería. No hice algo que quisiera haber hecho en ese momento y en ese lugar, y ya luego fue tarde. Pero no me lamento, quizás en otro momento sea mejor, o quizás me perdí la oportunidad de hacer o decir algo, pero bueno, ya está, como dice mi hijo, "lo que pasó, pasó".
    Me gusta manejar mi auto en la ruta durante el día, el sol me ayuda a ver más claro, como en la vida, hay luces, personas, situaciones, que me ayudan a ver más claro, como las reflexiones de Leonor domingo tras domingo. Pero también amo manejar mientras es noche, y aunque solo veo "hasta ahí", donde no tengo el camino seguro, y solo debo confiar en las luces del vehículo, pero con esa magia que tiene la oscuridad, y ese sentimiento que me dice "no te preocupes, ya va a amanecer"; como en la vida, aunque atraviese la más intensa oscuridad, no quiero abandonar nunca la esperanza de un nuevo y maravilloso amanecer, pues mientras más oscura sea la noche, más bello me parecerá el amanecer...

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  3. Una escritura extraordinariamente alentadora,todo lo que hacemos con el corazón es la forma mas maravillosa de vivir,no se debe pensar en el GANAR Y otra vez GANAR,porque si lo esfuerzos valen la pena y se gana bienvenido sea,y si no se puede simplemente eso no se gano y punto.
    Depende de nosotros,tomar la vida real como viene,y no perder el tiempo en un cuento de hadas,porque los cuentos de hadas están bien solamente para literatura.
    Saludos y abrazos a todos,en especial para ti Leonor.
    Att:
    Mary.

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  4. Muy buen Articulo Leonor!
    Coicido con Ustedes.
    Hacer lo q nos dice el Corazon no tiene precio,ademas no existen las palabras ganar o perder,si la palebra disfrutar de lo que uno hace.

    Saludos
    Pablo

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  5. María Marta, leyendo tu comentario... reflexiono y pienso en que a veces la gente me desconcierta. Al momento de exigir buenos productos televisivos, las voces se alzan y parecen masificarse. Pero cuando el producto sale al aire mide precariamente. Por supuesto que es un éxito de todas formas, porque basta conmover un sólo corazón para que dentro de uno se manifieste eso que llaman el éxito personal. Pero quiero decir... ¿qué pedimos? ¿Sabemos lo que queremos? ¿Por qué todos los formatos que produce Ideas del Sur alcanzan altas mediciones de raiting, si parecemos ser "mayoría" los que nos quejamos de la mediocridad televisiva? Como en el 89, o en el 95... "YO NO LO VOTÉ". Sin ir más lejos, Virginia Lago (a quien considero una de las actrices más extraordinarias del espectáculo nacional, y mi actriz preferida) es insultada y agredida vía internet por la manera "acaramelada" de presentar las películas. Ya no digo cuestionada que sería más que lícito, sino bastardeada. Entonces destruimos lo mismo que pedimos a otros que construyan para nuestro disfrute. Nos vanagloriamos de ser personas profundas que terminan viviendo supeditadas al mínimo paso que dé cualquier participante de Gran Hermano. Por supuesto, no es que TODOS o TODAS nos manejamos de esta manera. Me refiero a que existe un discurso un tanto hipócrita, que no condice muchas veces con nuestras elecciones finalmente. Un programa de televisión, una película, una obra de teatro no puede sostenerse sin una audiencia incondicional. Y si ciertos programas no son levantados del aire a la semana, como tantos otros productos impecables en calidad pero aparentemente "carentes de interés general", es porque le estamos dando la pauta a esos productores, directores, autores, dueños de programación, etc. que es "lo que la gente quiere ver". Y yo lo lamento porque en ese análisis, no me asumo gente... Quiero que los grandes actores puedan seguir trabajando, que otros grandes que están "olvidados" puedan volver a subirse a un escenario que los extraña, que la ficción no subestime al público ni que el público acepte, sumiso y obediente, lo que algunos consideran de calidad. Quiero que el teatro vuelva a llevarse a la tele, como antes, cuando se hacían ciclos unitarios de obras argentinas con buenos repartos. Quiero que exista un espacio considerable para el ocio, la diversión y la frivolidad pero que eso no impere en nuestra caja boba y en nuestro cerebro (que a veces pareciera ser lo mismo). Quiero creatividad, originalidad, vuelo. En fin... no sé por qué dije todo esto... Me lo dictó el corazón. Porque es lo que quiero. Y porque estoy cansado de tener que esperar una hora a que mi televisor visualice imagen y deje de mostrar la pantalla negra, de lo poco que lo prendo.

    ¡Jú! Me lo saqué de encima.

    LEANDRO.

    Ahhhhh, besos, abrazos y la paz en el mundo, por supuesto.

    PD: Leonor, ¿no te gustaría hacer FILOMENA MARTURANO? Sí, ya sé, oooooootra mujer de carácter. Pero al menos ésta no es rica. Confieso que me empezaron a dar ganitas de que te saques los Ricky's y los reemplaces por alpargatitas. Te veo tanto en ese rol, volvé a hacer teatro, ¡¡¡dale, dale!!! ♥

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  6. ¡¡Hola Leandro!! ¿Cómo estás? Tampoco enciendo mucho el televisor, no me interesan los programas de Marcelo Tinelli ni GH y respecto de Virgina Lago, sé que se "ríen" o "hacen bromas" sobre su manera de presentar las películas. Allá quien las haga, quien se deje "masificar" y quien diga una cosa y haga otra...por cierto lamento que se rían de Virginia Lago y de su forma de presentar el ciclo de películas.
    Comparto tu deseo sobre lo que sería lindísimo poder disfrutar en la televisión.
    ¡¡Abrazos para vos y para todos los compañeros del blog!!

    María Marta

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  7. "no fracasa nadie que sigue los dictados de su corazón.Todo lo que hacemos con el corazón es la forma más maravillosa de vivir, hacer lo que nos dice, no tiene precio"...
    Que buenas palabras las de mis compañeros de blog, me tomé la atribución de unir algunas de esas. "Me lo dictó el corazón". Claudia

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  8. Hola Leonor!
    Coincido con mi colega Ekaterina!

    Quizás parezca raro pero veo su televisión más que mi propia. No por lo mejor que tenga o por la diferencia esencial. Es probable que su temática sea afín para mi... no sé.
    Solo quisiera destacar el hecho, como un resultado de comparación, que en cualquier parte está manteniendose una tendencia así. Incliso Rusia. Acá no hay la televisión entretenedora como tal, la política está en el trasfondo de todo. Parece que no nos hemos liberado del telón de acero ni del bloqueo de información.
    Nos están ofreciendo un surtido ilusorio mientras que éste surtido no está. No tenemos ni una posibilidad elegir temas de los programas televisados y tampoco podemos influir en el contenido y en la calidad.
    Con todo eso hay los canales independientes (del Estado) con los programas aceptables e interesantes. Resulta que todo depende de los organizadores. De sus metas, del género en el que ven su trabajo. Entretenedor, cognoscitivo, de información o como un campo para los juegos políticos.
    Todos quieren lograr éxitos. El dinero también.
    No cada persona está lista para entre la lucha por la existencia y los objetivos más elevados optar lo último. Por ejemplo, traer en el mundo algo útil lo que no provocara a vómito al público cada noche.
    Por ejemplo, “Herederos...”: al final se perdieron los objetivos, se los olvidaron tratando de prolongar lo que ya no servía para nada por rating. Y con “Lobo” empezaron desde mencionado rating, con el que se acabaron “Herederos...”.
    Y quisiera decir a aquellos muchachos: “Vuelvan en sí! Despiertense! Abran los ojos!”
    Cuando una personalidad esté presente en el trabajo, el público lo perciba. Recuerdense de “Padre Coraje”. No tuvo tal rating como “Herederos...” pero aquella historia le faltaba al público fatigado por “historias de amor de barrio” del mismo tipo, repetidas mil veces.

    Saludos
    MAYA

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